En la música como en toda expresión artística existen diferencias de calidad que son fácilmente identificables si se tiene el conocimiento adecuado. La ciencia recientemente ha comenzado a descubrir lo que músicos y estudiosos de la música ya conocían desde hace años, que el escuchar buena música tiene diversos beneficios para las personas.
Es precisamente la palabra escuchar lo que define lo que es buena música. La complejidad rítmica, melódica y armónica de la buena música requiere escucharla atentamente para ser apreciada. Esta escucha activa tan necesaria en las relaciones humanas es solo uno de los tantos beneficios que se derivan del desarrollo de un buen gusto musical. "Aunque normalmente decimos que las personas tienen un "buen oído para la música", realmente debemos hablar de una buena mente para la música, una mente que puede escuchar melodías, ritmos y armonías simultaneas. Una mente con un pobre adiestramiento musical escucha solo las relaciones más simples en la música" Robert Jourdain, Music, the brain and ecstasy
Gran parte de la música popular, debido a su simplicidad en todos los elementos musicales, no requiere de escuchar activamente por lo que es común que las personas utilizen esta música como trasfondo para otras actividades diarias, oyendo pero no realmente escuchando. El gusto por este tipo de música se va adquiriendo por diferentes razones. Exposición temprana a ciertos tipos de música van creando afinidades a las caracteristicas particulares de esa forma musical.
Por supuesto, existe un elemento cultural que explica el desarrollo del gusto musical. "Erin Hannon y Sandra Trehub han encontrado que infantes de seis meses pueden detectar todo tipo de variación rítmica, pero ya a los 12 meses esa capacidad se vuelve más estrecha. Desde ese momento detectan más fácilmente los ritmos a los que han sido expuestos, han aprendido a internalizar los patrones ritmicos de su cultura." Musicophilia, Oliver Sacks
Pero los seres humanos mayormente desarrollan sus gustos musicales por razones personales, y de socialización. La mayoría de las personas adquieren su gusto musical durante su adolescencia como forma de aceptación en grupos sociales (amistades) y mantienen esas preferencias durante toda su vida. "La mayoria de las personas ya han formado su gusto musical alrededor de los 18 a 20 años." Daniel J. Levitin, This is your Brain on Music
"Debido a la falta de exposición a la buena música, muchas personas no conocen las limitaciones de la música que escuchan. Sus oídos encuentran tan poco sentido en la música más compleja que solo pueden llegar a la conclusión que su música es superior." Robert Jourdain, Music, the brain and ecstasy
Para analizar los beneficios de la buena música es necesario discutir sus elementos básicos (ritmo, melodía, armonía, tonalidad), y como estos elementos son procesados por el cerebro. Cada uno de estos elementos tiene efectos y beneficios específicos en la mente. La calidad de la música depende de la relación efectiva entre estos elementos.
De todos los elementos musicales el ritmo es tal vez el más básico y uno de los primeros que desarrollan las personas. Es probable que la primeras expresiones musicales desarrolladas por nuestros antepasados fueran puramente rítmicas y que los primeros instrumentos musicales fueran instrumentos de percusión.
El ritmo normalmente se asocia con el baile, una actividad importante en la socialización, y que además provee beneficios por la actividad física que provoca. Sin embargo esto no significa que toda la música bailable tiene la misma calidad y por lo tanto los mismos beneficios. Música bailable como la salsa, los ritmos cubanos, la samba, contienen una complejidad rítmica que requiere mayor atención del cerebro. La sección rítmica de una orquesta de salsa (percusión, bajo, piano) crean varios figuras ritmicas (poliritmos). Estos poliritmos hacen que la mente trabaje más, requiriendo mayor atención que la requerida por la simplicidad rítmica que se encuentra en otras formas musicales.
Otros tipos de música bailable, especialmente aquellos con ritmos creados por computadoras (techno, reggaeton, etc ) no contienen la complejidad rítmica necesaria para mantener la atención del cerebro. cuando se escucha este tipo de música, en las neuronas del cerebro ocurre algo que se conoce como habituación (habituation). Cuando las neuronas reciben un estímulo repetitivo, sin variaciones, llega un momento en que el cerebro simplemente se desconecta, las neuronas dejan de responder al estímulo. La persona continúa percibiendo los sonidos pero ya no esta escuchando activamente. Esta música provoca ansiedad en las personas musicalmente sensitivas acostumbradas a mayor variedad rítmica.
Una situación de habituación similar ocurre al escuchar una melodía. Melodías simples y repetitivas, como las que se escuchan en gran parte de la música popular, son fácilmente procesadas y tienen el mismo efecto de desconexión en el cerebro. Melodías más complejas e interesantes le proveen al cerebro más sustancia para procesar. La música clásica y el jazz, debido a sus desarrollos temáticos y en el caso del jazz de sus improvisaciones, son dos de las formas musicales más interesantes melódicamente. La gran variedad melódica que contienen estas formas musicales no le provee espacio a las neuronas para habituarse, la atención para apreciar esta música debe ser constante. No es de extrañar que personas acostumbradas a escuchar la simplicidad de las melodías en algunas expresiones de la música popular no encuentren sentido en este tipo de música más compleja. Es como pedirle a una persona que no distingue colores apreciar un cuadro de Monet. "El desarrollo temático solo puede ser comprendido por aquellos que poseen un buen oído para la armonía y una memoria musical capaz de seguir extensos fragmentos melódicos. Por esta razón escuchamos frecuentemente que la música clásica y el jazz no tienen melodías." Robert Jourdain, Music, the brain and ecstasy
La melodia es un elemento desarrollado temprano en la vida de las personas. Y se ha comprobado que muchas de las neuronas que procesan el lenguaje también son utilizadas para procesar las melodías en la música. "Para los niños la música es mayormente una experiencia de lenguaje, la experiencia musical se separa del lenguaje gradualmente a traves de los años." Robert Jourdain, Music, the brain and ecstasy. Sin embargo para la mayoría de las personas el elemento melódico esta estrechamente ligado a las palabras. De hecho, estudios demuestran que muchas personas no pueden recordar melodías sin pensar en la letra de la canción. "Cuando la música es banal, la única posibilidad de redención recae en las palabras. Las palabras también proveen una ayuda para la memoria de la mente musical poco desarrollada." Robert Jourdain, Music, the brain and ecstasy
"Solo los seres humanos son capaces de producir y comprender música y lenguaje. El hecho de que estas dos habilidades se presenten juntas en los humanos parece indicar que están relacionadas." Robert Jourdain, Music, the brain and ecstasy. Las implicaciones de esta relación melodia/lenguaje merece más estudio.
Un dato interesante es que algunas personas suelen desarrollar gustos por música y melodías más complejas a medida que aumenta su educación y madurez. Casos contrarios de adquisición de gusto por melodías simples mientras incrementa la educación son prácticamente inexistentes.
La complejidad de las melodías se puede analizar en términos del contenido de información. "Se han realizado estudios intentado cuantificar el contenido de información en melodias de diferentes géneros musicales. Esto se analiza en parte contando características como saltos melódicos, variaciones de tiempo, y cantidad de disonancias entre la melodía y la armonía. Para sorpresa de nadie, las melodias de gran parte de la música popular registraron bajas puntuaciones en contenido de información." Robert Jourdain
Las armonías se crean cuando dos o más notas musicales suenan simultáneamente. La armonía es un elemento más complejo y se desarrolla más tarde en la vida. "La música basada en pocos acordes, todos en la misma tonalidad falla en llevar al oyente en un viaje que eleva la armonía a una tercera dimensión musical. La armonía es inherentemente compleja e intelectual, es el último aspecto musical que se desarrolla y estudios muestran que muchas personas nunca alcanzan sofisticación armónica. No es sorpresa que la complejidad armónica es escasa en la música popular." Robert Jourdain, Music, the brain and ecstasy
Los beneficios de escuchar armonías complejas parece concentrarse en el desarrollo matemático. Estudios recientes parecen establecer una relación entre la música y el coeficiente intelectual, en especial con la inteligencia matemática y el razonamiento. De lo que no hay duda es que el cerebro es capaz de percibir relaciones matemáticas entre las diferentes notas musicales. "Sabemos que parte del cerebro es capaz de identificar notas musicales como Do y Mi, pero no sabemos como el cerebro percibe ese intervalo como una tercera mayor (Mayor Third). Estas relaciones deben ser calculadas por procesos de computación en el cerebro que aún no entendemos. Estudios de neuroimagen realizados por Robert Zatorre, parecen sugerir que el cerebro efectúa cálculos de intervalos melódicos y rítmicos." Daniel J. Levitin, This is your Brain on Music
Tonalidad es el elemento que hace que se pueda distinguir el sonido de diferentes instrumentos musicales. Cuando un instrumento genera un sonido, realmente produce múltiples vibraciones simultáneas. Existe evidencia de que el cerebro responde a cada una de esas vibraciones simultáneamente. Una de los beneficios de escuchar buena música es que ésta se crea utilizando instrumentos reales en lugar de instrumentos creados en computadoras. Estos instrumentos o sonidos creados en computadoras no proveen la misma riqueza tonal que un instrumento real.
Elementos de la música como tonos, melodías y armonías son mayormente procesados por el lado derecho del cerebro, pero a medida que la mente se educa musicalmente, patrones más complejos comienzan a presentarse con mayor facilidad. Tal complejidad requiere un aumento de la utilización del lado izquierdo del cerebro (el lado lógico). Composiciones musicales complejas requieren de los talentos secuenciales del lado izquierdo del cerebro. "El adiestramiento musical parece tener el efecto de cambiar algunos procesos de percepción musical del lado derecho hacia el lado izquierdo" Daniel J. Levitin, This is your Brain on Music
"La porción frontal del corpus callosum (la masa que conecta los hemisferios del cerebro) es significativamente más grande en los músicos, particularmente en los que comenzaron su adiestramiento musical a temprana edad. Los músicos también muestran mayor crecimiento del cerebellum y de concentración de materia gris, la parte del cerebro responsable de procesar información." Daniel J. Levitin, This is your Brain on Music
"También se ha demostrado que a través de musico-terapia se puede ayudar a personas a superar una gran variedad de problemas físicos y sicológicos" Daniel J. Levitin, This is your Brain on Music. Oliver Sacks relata como uno de sus pacientes con retardación severa podía realizar tareas complejas solamente cuando escuchaba música.
Los beneficios de la buena música van más allá de las reacciones emocionales o nostálgicas con las que usualmente relacionamos el acto de escuchar música. El escuchar buena música es al mismo tiempo una actividad emocional e intelectual. Una actividad que puede desarrollar el intelecto y la sensiblidad, la capacidad de comunicarnos efectivamente y el razonamiento, todos elementos necesarios en una sociedad que parece rendir culto a la mediocridad y la superficialidad.
Wilbert Sostre